El Covid tiene en la diana al sector turístico. Y Naviera Armas, el dueño de Trasmediterránea, el principal grupo naviero en España que conecta Baleares con la península y a las Islas Canarias entre sí, trata de combatir sus ataques. Las gestoras de capital riesgo estadounidenses Apollo y HPS le han inyectado unos 75 millones de liquidez para que pueda seguir a flote, según fuentes financieras.
El transporte marítimo, como el resto, está sufriendo de forma intensa las restricciones de movilidad. Pero la compañía controlada por la familia Armas Fernández, que pagó a Acciona más de 260 millones de euros por el 92,7% de la icónica empresa de transporte marítimo Trasmediterránea, no estaba en la mejor situación para afrontar una pandemia mundial.
Los bancos, con el aval del ICO, le inyectaron más de 50 millones en pleno confinamiento. Pero ese dinero es insuficiente. Y las entidades financieras se han plantado ante las nuevas necesidades de liquidez. La empresa contrató a Houlihan Lokey, el banco que pilotó las reestructuraciones de Deoleo y de Dia, entre otras, para buscar dinero en otro lugar.
El banco de inversión ha logrado que el gigante estadounidense del capital riesgo Apollo, a través de su área de deuda (con un balance de más de 300.000 millones de dólares), y HPS hayan apostado por la empresa. Eso sí, a un precio que nada tiene que ver con el de la banca. Le prestan a un interés superior al 5%, según fuentes financieras. Este nuevo pasivo es además subordinado: si hay problemas, serán los primeros acreedores en sufrir.
La compañía cuenta con deuda cotizada por cerca de 600 millones de euros, por la que paga intereses entre el 4% y el 6,5%. Además, en su pasivo se acumulan otros préstamos bancarios. En 2017, Naviera Armas ganó cuatro millones, después de seis ejercicios consecutivos de pérdidas, pero en las últimas cuentas depositadas en el registro mercantil, correspondientes a 2018, según Insight View, volvió a los números rojos con un quebranto de 5,6 millones de euros. Solo el gasto financiero de los bonos supuso 35,1 millones de euros en 2018.
La empresa reconocía que debía realizar una reducción de capital, puesto que las pérdidas acumuladas habían reducido su patrimonio neto (esencialmente, capital y reservas) por debajo de las dos terceras partes del importe del capital. Eran 36 millones de euros frente a 68,5 millones.
La empresa había planteado una ampliación de capital en su junta de accionistas convocada para el pasado 4 de mayo. Pero la situación se ha ido deteriorando con el paso del tiempo. El flujo de caja negativo ha estado comiéndose su caja en los últimos tiempos y deteriorando su patrimonio. La empresa tenía unos 32 millones en efectivo a cierre de 2018, frente a los más de 68 de finales de 2017.
Otro de los males de Naviera Armas, además del Covid, tiene su epicentro en una normativa europea sobre los vertidos al mar de las compañías navieras. En esencia, esta regla obliga a que los buques dispongan de un contenedor al que verter sus residuos. El efecto inmediato era la obligación de una gigantesca inversión, dadas las circunstancias, para poner a punto su flota.
CLAVE EN LA MOVILIDAD DE LAS ISLAS CANARIAS
Conexiones. Naviera Armas es clave en la movilidad entre las diferentes islas de Canarias. El pasado 30 de septiembre canceló una ruta por la falta de rentabilidad, lo que hizo saltar las alarmas en varios grupos políticos de la autonomía. Además, dispone de rutas entre Baleares y la península, a la que también conecta con Melilla, Ceuta, Marruecos y Argelia. Es uno de los grandes grupos de transporte en Europa con una media en los últimos años de cinco millones de pasajeros y 40 buques. Su facturación en 2018 fue de 186 millones.
Fuente: REVISTA LOGÍSTICA TRANSPORTE Y ALMACENAJE – 06/10/2020