El presidente del Puerto de Pasaia, dimite. Mediante el siguiente comunicado:
“El Puerto de Pasaia tiene futuro y hay que pelear por él.”
Cuando me ofrecieron la posibilidad de presidir el puerto de Pasaia, fueron la ilusión como pasaitarra y las ganas de trabajar, las que me impulsaron a aceptar el reto y el tratar de responder una pregunta que como gestor siempre me hacía: ¿Hay un futuro para este puerto?
Veníamos de una parálisis casi total a partir de la renuncia a la construcción del puerto exterior y del desastre de la ejecución de las obras de la Lonja. Así, en estos dos años y medio, la gestión del proyecto del puerto ha dado resultados visibles, y hemos podido conseguir que dos ámbitos fundamentales, como las inversiones en infraestructuras clave (muelles, almacenes, lonja), y la definición y puesta en marcha de un proyecto de futuro, sean una realidad por primera vez en muchos años (véase anexo con datos).
El camino no ha estado exento de dificultades, particularmente en el área de Recursos Humanos. Con una estructura anquilosada de personal ejecutivo fuera de convenio, era necesario plantear acciones para agilizar la gestión, y este personal ha sufrido ajustes, como en cualquier empresa. Pero ello me ha supuesto, desde el punto de vista personal, tener que sufrir ataques muy desagradables, como las denuncias de un inexistente acoso laboral, siempre alentadas en prensa para buscar mi linchamiento mediático y cese. No he podido elegir equipo y todo ha estado mediatizado políticamente, desde dentro y desde fuera.
No he tenido el apoyo que esperaba, pero a pesar de ello, he impulsado el proyecto con fuerza, con un gran desgaste personal, para volver a poner en marcha este puerto. El pasado viernes 17 de julio tuvo lugar la sesión del consejo de administración más importante en décadas. Un gran hito en nuestro proyecto, con la aprobación de dos ampliaciones de concesión fundamentales y una fase final pendiente que reconfigurará el puerto que conocemos. A esto hay que añadir que ya tenemos un plan de inversiones validado y pendiente de ejecución. Todo ello debe ser garantía de la viabilidad del puerto.
Pero no, así no se puede trabajar. La evidente falta de autonomía de gobierno y de gestión, la falta de apoyo para configurar un equipo de confianza y la dimisión por segunda vez del mismo director, me han convencido, que así no merece la pena seguir. Es por ello que pongo a disposición mi cargo, como presidente de la Autoridad Portuaria de Pasaia.
Quiero aprovechar para agradecer a tod@s l@s trabajadores del puerto y empresas auxiliares su trabajo durante estos años.
Este puerto tiene futuro y, ahora, tiene proyecto. Hay que pelear por él, y será una pena que lleguemos tarde a nuestro futuro”.
Muchas gracias.
Fuente:
REVISTA PUERTOS Y NAVIERAS – 30/07/2020