La ciudad espera la cesión del Estado para hacer un centro cultural en el viejo almacén de Fyffes.
Un gran contenedor cultural de más de 1.000 metros cuadrados de superficie, en el que se desarrollarán actividades para los cruceristas y demás turistas que se acerquen por la zona del Puerto. Ese es el nuevo uso que el Ayuntamiento de la capital quiere dar al viejo edificio de la consignataria de Camilo Martinón, que también albergó los almacenes de la casa Fyffes, la primera compañía británica que exportó fruta desde el puerto de La Luz. Para conseguir el objetivo de dotar al Puerto de un gran centro cultural que sirva de polo de atracción para la zona, el alcalde Jerónimo Saavedra solicitó hace unos meses al Estado la cesión del edificio, que se encuentra abandonado desde hace 23 años, pese a formar parte del catálogo de bienes protegidos.
El uso del edificio, que actualmente figura como equipamiento deportivo, será cambiado en la adaptación del Plan General de Ordenación por el cultural. Según informó el concejal de Ordenación del Territorio, Néstor Hernández, esa modificación permitirá ampliar los usos del edificio y desarrollar las actividades culturales que se prevén para esta nave.
La casa Fyffes, edificio que perteneció en su día a la Autoridad Portuaria, pues la zona donde se levantó formó parte del Puerto hasta principios del siglo pasado, es parte de la historia del recinto de La Luz. A principios del siglo XX funcionó como almacén de plátanos de las compañías Fyffes y Elder, y a partir de los años 40 se convirtió en la sede de la consignataria de Camilo Martinón, que se hizo con el edificio a través de una concesión.
El inmueble está en la zona conocida como El Refugio, justo al lado del edificio Woermann, y ocupa toda la manzana de las calles Eduardo Benot, Albareda, Pedro del Castillo Westerling y Salvador Cuyás. Durante la época de Martinón, el edificio albergó los talleres La Naval, que se dedicaban a las reparaciones navales, un almacén de bebidas y las oficinas de varias consignatarias. Martinón cerró el negocio en 1984 y le sucedió el consignatario José María Ortiz, que mantuvo sus oficinas en la casa roja hasta 1987, fecha en la que se trasladó a su ubicación actual.
Desde entonces, el edificio se encuentra abandonado.
Fuentes: https://bit.ly/32Fp9X2