La oficina de arquitectos de Toyo Ito proyecta un edificio sostenible, abierto a la ciudadanía y en contacto con otros servicios culturales y sociales de la ciudad
El equipo de arquitectos encargado de proyectar el Hermitage de Barcelona no cesa en su voluntad de ver el museo abierto en la capital catalana. La oficina de Toyo Ito continúa trabajando en las instalaciones y apuesta por un lugar con conciencia medioambiental y abierto tanto a la ciudadanía como a la propia ciudad.
El proyecto creado para la zona de la Nova Bocana del Puerto de Barcelona cuenta con el apoyo de la autoridad portuaria y también de los comerciantes y vecinos del lugar, aunque no del Ayuntamiento de Barcelona. Y mientras las negociaciones sigan abiertas, el estudio de arquitectura japonés avanzará para tenerlo a punto y conseguir el beneplácito del consistorio.
Un museo pensado para Barcelona
Uno de los arquitectos involucrados en el proyecto del Hermitage Barcelona, Takayu Ohara, ha defendido en La Vanguardia que este museo “está proyectado para estar junto al mar y en Barcelona. No funcionaría en ninguna otra ubicación ni ciudad”. Se trataría de un edificio que utilizara la energía procedente del mar para su funcionamiento, se basaría en una actividad energética sostenible para con el medio ambiente y ayudaría a mitigar la contaminación.
Los encargados de la filial del museo ruso en la capital de Cataluña han añadido al proyecto nuevas características derivadas de los acontecimientos meteorológicos y sanitarios de los últimos meses. Tras el paso del temporal Gloria por la comunidad, se busca fabricar un hormigón impermeable y compacto que minimice su mantenimiento y que permita una vida útil del edificio de 100 años. Además, se están ampliando los espacios de paso, para adaptarse a los requisitos tras la pandemia de coronavirus.
Zona de paso para viandantes
Otro de los detalles que destacan desde la oficina de Toyo Ito es la necesidad de que el museo no sea un edificio estanco, sino que permita el paso a las personas que transiten por la Nova Bocana de la Barceloneta sin tener que rodearlo. El proyecto cuenta con un vestíbulo con entradas desde tres plazas públicas, por donde visitantes y barceloneses podrán caminar quieran o no acceder al museo.
Pero el edificio no sería simplemente una pinacoteca, uno de los peros que ha esgrimido el equipo de gobierno municipal de Barcelona para rechazar el Hermitage: también se piensa reservar un espacio en la zona superior para emplazar un restaurante y otras zonas se destinarían a uso público, con una biblioteca entre ellos. Esta apuesta facilitaría que la zona no fuera únicamente un reclamo turístico, sino también enfocado al uso ciudadano.
En contacto con otros museos y servicios
Desde la oficina de arquitectura defienden que el lugar elegido es clave para el emplazamiento del Hermitage Barcelona, a pesar de que sea una de las críticas del Ayuntamiento de Barcelona hacia el proyecto. Aseguran que su cercanía con Montjuïc ayudaría a impulsar un nuevo eje cultural en la ciudad y a potenciar el uso del teleférico que sube a la montaña.
Insisten en que el Hermitage es viable, tal como también ha destacado la filial del museo en Ámsterdam, pero además recuerda que la apuesta por la cultura no se circunscribe únicamente a la muestra de obras de arte, ya que cuenta con espacios dedicados a otras áreas económicas. De hecho, sólo el 35% de la construcción estará dedicado al museo.
Fuente: https://bit.ly/355EwuE